viernes, 23 de abril de 2010

Y entonces llegó ella

Desde el momento en el que supe que Yin llegaba a casa, yo no dejaba de pensar en lo solo que se sentiría cuando yo volviese a trabajar. Eso le obligaría a estar en casa durante horas sin ninguna compañía. Así que empecé a buscar por internet alguna gatita que le acompañase, una Yang que le complementase.

Al principio, buscaba una gatita blanca, por la tontería del Yin y el Yang. Encontré anuncios de varias y escribí para ver si estaban disponibles. Por todas había preguntado alguien, así que me puse, por decirlo de algún modo, "a la cola". Pero seguí viendo anuncios y descubrí que el número de personas que se interesaba por las gatas (o gatos) blancos era mucho mayor que el que se interesaba por gatos de otros colores, y más en concreto, por los gatos negros. De algún modo, la superstición sigue presente y la gente, en su ignorancia, piensa que el gato negro está ligado a la mala suerte, a las brujas o vete a saber qué. Quizá es también que a la gente le gustan los gatos con colores más alegres y llamativos. Me empecé a sentir mal por encapricharme con una gata blanca.

Y entonces puse mis ojos en Yang (antes Pepita), por quien nadie se interesaba y que llevaba cuatro o cinco meses anunciada por la Asociación Esperanza Felina. Y así llegó nuestra preciosa gatita Yang a nuestras vidas:


Si queréis saber cómo fue su adaptación a la casa, y muy especialmente a Yin, no dejéis de consultar el foro de Esperanza Felina.