jueves, 14 de octubre de 2010

¡Yo soy Beni! (peque negrito en adopción, Vitoria)

Nos escribe Beni, desde Vitoria, un pequeñito negro que lo ha pasado muy mal pero que ha tenido la suerte de ser rescatado justo a tiempo. Beni es un gatito precioso que está en adopción a través de Esperanza Felina. ¡Otra gran oportunidad para tener un gatito negro en vuestras vidas! :-)

¡Hola!

Hoy que me he hecho con el poder del blog de la chica que me cuida. He descubierto tu blog, y me he dicho: "En este blog, con ese título, tengo que salir yo".

Así que te voy a contar a ti también mi historia:

Yo soy Beni.

San Patxi, el marido de la presidenta de Esperanza Felina, me rescató de debajo de la rueda de su coche en Benidorm, y me trajeron hasta Vitoria.



Yo apenas tenía un mes y no recuerdo mucho. Sólo sé que estaba solo y asustado. Los ojitos me dolían, y como no podía ni ver ni oler, tenía mucha hambre. Durante todo el viaje no dije ni Miau.

Y al llegar, me pusieron a vivir en un baño chiquitito y sin ventanas. Pero yo sabía que en esa casa había 5 gatos más, y para mí aquello era un Palacio.




Yo no podía ver a aquella chica ni a su marido, pero les oía y me decían cosas preciosas con una voz muy dulce. Y a pesar de que estaba enfermo y muy feo no dejaban de darme besos y calor.




Con todos los cuidados que me dieron, poco a poco pude abrir mis ojitos y mirarles a la cara.




Pero yo seguía muy enfermito y no quería comer. Aquella chica rubia de rizos me preparaba unos pures muy ricos que me daba a la boca con una jeringa.




A veces aunque yo no quisiera. Pero ella me decía que era por mi bien y que si no, no me iba a hacer un gato grande, grande.




Pero aquel baño se me quedaba pequeño y yo necesitaba ver la luz y hacer ejercicio. Además, ellos hacían viajes todos los fines de semana hasta Málaga para rescatar a unos gatos que se habían perdido y se llamaban Isidoro y Portero. Yo les veía preocupados y pensaba que me iban a volver a dejar en la calle el día que me metieron en un transportín, y me miraban con pena.

Pero no. Me llevaron donde una chica que tiene en su casa una habitación donde cuida de los gatos que no tienen dueño. La llama "la habitación de los invitados". Comparada con mi baño, aquello era enooooooorme. Había dos rascadores, una cama de matrimonio para mí solito, y lo mejor: ¡podía tomar el sol!




¡Cómo he tomado el sol, y cómo he jugado a saltar por encima de la cama con un plumero! Me acuerdo mucho de la chica que me rescató, pero ha venido a verme y me ha dado muchos besos y mordisquitos.




La chica de esta casa, me ha cuidado muy bien los ojitos, me ha llevado al veterinario muchas veces y me ha sacado muchas fotos.




Ella dice que tengo que posar y salir muy guapo. Después se sienta delante del ordenador y se pasa horas y horas hablando sobre los gatos. Sobre los que viven en esta casa, sobre mí y sobre otros que están en un piso que se llama Esperanza Felina o algo así...




Hoy hemos estado por última vez en el veterinario y la chica de la bata blanca ha dicho que tengo muy bien los ojitos. Que era un milagro.

Estoy muy contento. Todo ha salido bien, y quiero agradecer a Nagore Martínez Lagrán que haya querido ser mi madrina. Gracias a ella he podido ir al veterinario todas las veces que lo he necesitado y he podido tener mis medicinas.

Estas son las últimas fotos que me ha sacado la chica que me cuida.




Yo sólo quería jugar y ha tenido que sacar más de 30 fotos para que saliera quieto en alguna. Me lo paso muy bien en esta casa, pero la habitación se me está quedando ya pequeña. Yo quiero tener una casita entera para mí y unos papis que me den todos los mimos que yo pido.




Además, si alguno de vosotros quiere adoptarme, prometo no arañar el sofá. ¡Mirad, mirad cómo uso el rascador!




Si es que soy un trastillo, pero soy un amor. Eso es lo que dice la chica que me cuida. ¡Ah! ¡¡Por cierto!! Creo que la llaman Michis.

Sé que es una historia muy larga, así que puedes resumirla como a ti te parezca.

Gracias por la oportunidad de nos das a los gatitos negros.

Un ronroneo desde Vitoria.

Beni.


Cómo ha mejorado este chiquitín, y qué guapo se ha puesto... ¡y más que se pondrá! Mucha suerte, pequeño.

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