lunes, 14 de diciembre de 2009

Yin llega a casa

Este es Yin:



Tiene aproximadamente un año. Lo encontraron nuestros amigos Rubén y Alicia abandonado en la calle. Era de un vecino que aparentemente lo maltrataba, dándole patadas y dejándolo todo el día en una cornisa minúscula y además solo. O eso, o encerrado en una habitación. Yin tenía roto el rabito y se le soldó mal, así que ahora tiene como un tropezón en él, aunque lo mueve con soltura. También cojea un poco de la pata trasera derecha, lo que le impide saltar con la seguridad que a él le gustaría, pero por lo demás, está bien.

No era así cuando lo encontraron Rubén y Alicia. El dueño del gato se fue del piso y no se le ocurrió otra idea más genial que abandonar al gato en la calle. Acostumbrado a comer sólo pienso, fue adelgazando y perdiendo fuerzas mientras lloraba en el portal esperando a que su dueño volviera y mientras recibía zarpazos de otros gatos callejeros cuando se acercaba a ellos buscando compañía.

Rubén y Alicia lo recogieron cuando ya no se tenía en pie y estaba consumido por las pulgas y lleno de costras. Lo llevaron al veterinario, lo vacunaron y esterilizaron, le quitaron todas las pulgas y lo alimentaron y le dieron el cariño que necesitaba. Pero no se lo pudieron quedar, pese a que querían, porque su gato, de 10 años, no hacía buenas migas con él y se angustiaba mucho al ver mermado su territorio. Así que empezaron a buscar otro dueño.

Y aquí entramos en escena Emilio y yo que, pese a no tener ni idea de lo que nos depara el futuro, hemos decidido comprometernos a cuidar del gato por los siglos de los siglos. Como dice él en su blog, donde caben dos caben tres. :)

Yin (le hemos puesto este nombre porque es negro como el azabache, aunque el color de las fotos mienta y aparezca como marronáceo, y en el futuro esperamos adoptar a Yang) es cariñosísimo, mucho más tranquilo de lo que esperaba. Creo que está contento de estar aquí. :)