domingo, 19 de diciembre de 2010

Sorpresa, nuestro nuevo acogido

¿Os acordáis de los callejeritos? Pues ahora tenemos en casa a Sorpresa, que para nuestra sorpresa (jaja) resultó ser un machito.

Tras irse Esmeralda, nos quedó un huequecito en casa que nos apetecía llenar. En realidad, la idea era esperar a que pasaran las fiestas, porque nos iremos durante ocho o nueve días y no queríamos dejar a tres gatitos en vez de a dos. Pero, de algún modo, las cosas sucedieron de otra manera y un día, cuando nuestra intención era coger a Marisol porque estaba coja de una pata, ella no se presentó y, sin darle demasiadas vueltas, optamos por coger a su hijito Sorpresa, que en aquel momento creíamos hembra, pero que resultó ser un machito. Fue muy fácil cogerle, porque ya se dejaba tocar y acariciar. Así que lo subimos a casa y aquí está. ¡Y es precioso!


Llegó un poco asustado y el primer día llamó a su madre como poseso, pero tras dos semanas de cuarentena, dar negativo a inmuno y a leucemia y empezar a convivir con Yin y con Yang, está adaptadísimo y ya empiezan a llevarse bien, aunque aún les queda camino que recorrer.

Con la llegada de Sorpresa, Yin superó totalmente la partida de Esmeralda y ahora es feliz de nuevo, atacando por sorpresa al pobre Sorpresa... jajaja. Y Yang, quizá más confiada tras su buena experiencia con Esmeralda, que era también cachorrita, le ha recibido muy bien. Uno de los primeros días que lo soltamos por casa, Sorpresa, acostumbrado de siempre a relacionarse con otros gatos, lo primero que hizo al ver a Yang fue ir directo hacia ella y frotársele con todo el cuerpo. Yang, que se puso rígida cuando lo vio salir y tenía intención de huir, ante tal amoroso saludo se quedó totalmente petrificada, sin saber muy bien cómo reaccionar. Sólo cuando Sorpresa dejó de frotarse y pasó de largo ella se dio la vuelta para verle alejarse y asimilar lo que acababa de suceder. Jajaja, esa imagen no se me borrará en la vida, fue muy divertido. Al final, vamos a curar a Yang de espantos y será la gatita más sociable del mundo. Hoy, de nuevo, el peque la sorprendió metiéndose de pronto en la cesta con ella. Yang no supo reaccionar, se puso un poco rígida y le iba a dar un manotazo, pero él se quedó tan quieto que al final ella se quedó tan tranquila a su lado. ¡Quién la ha visto y quién la ve! :D

Os seguiré contando cositas del peque. Obviamente, la acogida es indefinida y corremos nosotros con todos los gastos. Cuando lo demos en adopción la idea es coger a su hermanito Susto, que sigue en la calle y ahora también se deja acariciar y va a ser tan mimosón como Sorpresa. ¡Ojalá podamos hacerle un hueco pronto! Y a Bob, el negrito que siempre va con él y que se ha convertido en su hermanito postizo, también.

A ver si salen papis majos. ¡Suerte, Sorpresito!

¡Hasta siempre, Leiah!

Una gran amiga mía perdió a su perrita hace apenas tres días. Tras once años de felicidad, les dijo adiós y se fue, rodeada de tanto amor que su energía debió de iluminar todo el cielo canino. Mi amiga y su marido la lloran y la echan de menos, y desde aquí quiero darles mi más sentido pésame por su pérdida. No ha de ser fácil despedirse de un ser que sólo sabe dar amor incondicional, que te adora hagas lo que hagas y que disfruta de tu compañía independientemente de si eres rica o pobre, si hablas mucho o poco, si trabajas o estás en el paro, si estás triste o contenta.

La lloran y la llorarán mucho tiempo, pero le he rogado que no se estanque, que siga adelante. Que, sin "sustituirla", pueden dar el mismo amor a un perrito de los muchos abandonados que buscan una familia que les quiera. Y ellos son ideales, y ahora más que nunca necesitan sentirse felices de ayudar a un perrito necesitado. Porque, pese a su dolor por Leiah, cuando tengan delante otros ojitos que les miren suplicando cariño, no sabrán negarse y cerrar los ojos a la oportunidad que les brinda la vida de hacer feliz a otro ser. Al que sí, al que también llegará su hora mucho antes que la de ellos, pero la vida feliz que le habrán dado compensará con creces la tristeza de verlo partir.

Así que adelante. Siempre adelante. Recordando el pasado con cariño, pero viviendo el presente. Así ha de ser.

Hasta siempre, Leiah.

¡Te echamos de menos, Esme!

Nos pediste auxilio un día en el que paseábamos por el barrio.



Desde el primer momento adoré tu carita tan dulce y aquellos ojos tan increíbles, tan verdes. Bromeamos con nombres que reflejasen esta cualidad tuya y barajamos entre risas "Pera" y "Melón", jajaja, pero la Esmeralda es la que realmente se conoce como verde y brillante, y ese fue tu nombre mientras estuviste con nosotros.

Te fui a recoger a las dos de la mañana tras haberte visto una sola vez, un solo día. Y allí estabas, en medio de la noche, en la más completa soledad, sentada en medio de la acera mientras veías que me acercaba a ti a lo largo de una calle desierta. Me miraste, te miré, dejé el transportín, te ofrecí pienso (que miraste como si no supieses qué era aquello), te cogí y te dejaste meter en el transportín sin demasiados aspavientos, como si intuyeses que nada malo iba a pasar. Así, en mitad de la noche, se terminó tu soledad y tus días de penurias. Así empezó tu nueva vida.

Llegaste en los huesos, hecha una piltrafilla, y los dos primeros días no hiciste más que dormir, venías agotada.


Yin y Yang te miraban con curiosidad a través del cristal. Tardaste un poquito en tener más contacto con ellos, debido a la cuarentena. Sólo recuerdo haberte oído bufar una vez, luego ya te sentías en tu casa y entre amigos.


Pero no todo iba a ser Jauja. Era inevitable un baño que te quitara de encima toda la porquería que traías de la calle.


Que no te gustó nada y revolucionaste a Yin y a Yang con tus maullidos, jajaja. Pero tras este baño, ya desparasitada y limpita, pudimos sacarte del patio y pasarte por fin a la habitación, mucho más cómoda y equipada para ti. Vimos la primera transformación llevada a efecto.


Cierto tiempo después nos llevamos la tremenda alegría de saberte negativa a las pruebas de leucemia e inmuno, con lo cual supimos que pronto estarías con tu nueva familia, que se había interesado por ti desde el momento en que publiqué en internet el vídeo de tu llamada de auxilio. Entonces empezaste a convivir con Yin y con Yang. De Yin te hiciste inseparable, era tan divertido ver cómo le seguías a todas partes, intentando aprender de él cómo comportarte en una casa... No dejábamos de bromear con que deberías aprender de Yang, que es mucho menos trasto que Yin, pero a ti te encantó la acogida de Yin y se convirtió en tu mentor. Con él aprendiste a pedir comida a nuestra hora de comer, a abrir la puerta del patio, a subirte al lavabo para ver y pedir agua fresquita... Y Yang, tan tímida siempre, contigo dejó sus miedos a un lado y te dejó ser amiga suya. Te convertiste en parte del equipo.


Jovencita y juguetona, tú y sólo tú conseguiste que Yin bajara de peso y que fuera feliz corriendo como poseso delante y detrás de ti. ¡Qué bien lo pasabais, y menudo jolgorio que os traíais por las noches! Te convertiste en la alegría de la casa, encauzaste la energía desatada de Yin y le convertiste en un gato equilibrado y feliz. Y mientras tanto, tú engordabas poco a poco y te convertías en la belleza que ahora eres, un peluchito blanco que se dejaba acariciar, tomar en brazos y achuchar como una muñequita.



Te hiciste adorar, y por eso te lloré cuando llegó el día en el que te fuiste con tu familia. Yin también te buscó, te buscó mucho, maulló aburrido y triste durante largas horas. Me daba mucha penita, pobrecito. Por primera vez, le vimos acercarse a Yang como nunca se había acercado, o quizá fue Yang la que quiso consolarle. El caso es que por primera vez los vimos muy juntitos, como lamentando tu partida.


Y te fuiste, y nos llegaron noticias de que eras feliz en tu nueva casa, de que tenías cuatro nuevos hermanitos con los que jugar y de que ya habías conquistado a todo el mundo con tus mimos. Aquí nos dejaste la casa vacía, dejaste un hueco enorme, que pedía a gritos ser llenado de nuevo por otro gatito necesitado.

Y ya tenemos a otro gatito. Pero a ti nunca te olvidaremos, porque es imposible olvidar tanta dulzura, tanta inocencia y tanta belleza.

Te echamos de menos, Esmeralda. Te queremos. ¡Sé feliz!

sábado, 18 de diciembre de 2010

Inma: ¡Yo tengo tres gatas negras en mi vida!

Inma me ha escrito para contarme de sus tres panteritas negras, preciosísimas como ellas solas. Gracias, Inma, y sobre todo felicidades por tenerlas y por ese amor que denota cada palabra que escribes. ¡Un abrazo!


Yo también tengo michis negros. Es más, ya casi los colecciono. Desde mi punto de vista son las criaturas más bellas que se mueven en nuestro entorno, y además, y lamentablemente, debido a la ignorancia supina, la superstición irracional y la suprema estupidez de una gran parte de la población, están en franca desventaja frente a otros bellos compañeros... Y no digamos nada si encima tienen la mala suerte de ser hembras. Ahí ya cruz y raya, sobre todo aquí en Andalucía... "gato negro, malo... gata negra, ....por negro y hembra, dos veces malo"...

Pues bien, yo las adoro. Llevo años sacando gatos de la calle y dándolos en adopción, pero por circunstancias de la vida no pude tener uno en mi casa de manera fija, hasta que un buen día, mejor dicho, magnífico día, hace unos años esto cambió. Era fin de semana, llovía a cántaros y mi hijo llegó a mi local con "algo" grisáceo, embarrado y canijo, metido en un bolsillo del anorak, todo suciedad orejas y ojos. Le pregunté ¿eso qué es? y su respuesta fue muy directa: "Mamá, esto es un gatito, MI GATITO". Bien, le contesté, el lunes le llevaremos a la vete, que lo revise, vacune, desparasite y le buscaremos un hogar... (como siempre, pensé yo). Pero por alguna razón aquel amasijo de pelos, barro y pulgas se hizo "el ama del cortijo". El lunes efectivamente fue a nuestra veterinaria; desparasitada, limpia y vacunada resultó ser una preciosa gatita negra con un mochito de pelo blanco en la tripilla y unos inmensos ojazos verdes brillantes como esmeraldas. Estaba absolutamente desnutrida, llena de parásitos por dentro y por fuera y de heridas que fueron poco a poco sanando, y ella se fue convirtiendo en la belleza tranquila, dulce y cariñosa que ahora es. Ni que decir tiene que se quedó en casa. Es mi primera panterita, Amaranta, la reina de la casa.



Han pasado much@s más gatitos por casa, algunos se quedaron (tengo 6 en total míos más los acogidos que toque), mientras que otros se fueron a un hogar definitivo.
Y llegó la segunda pantera: Azabache, otra belleza negra, con los ojos color ámbar y un grave problema psicológico. Su dueña, quien la crió desde cachorrita, había muerto y la familia, por no saber, no sabían siquiera si era gato o gata. La esterilizamos y preparamos y la tomamos en principio en acogida. Fueron unos días terribles, traía una depresión que ni comía ni bebía, se pasaba las horas muertas mirando a la pared escondida en un rincón. Dos semanas tardamos en poder acariciarla. Venían visitantes y se ocultaba temerosa, aunque fuesen posibles adoptantes que se interesaban por ella. En vista de que no quería irse... nos la quedamos. Ella es la princesa camorrista, a todo el mundo tiene algo que decirle, y si no puede dormir entre mis piernas, entonces no puede dormir nadie en casa.


Y como no hay dos sin tres, en el ínterin apareció Damita, negri-colorá... Es negra negra, pero su pelo tiene un curioso reflejo caoba, preciosa, estilizada, ojos profundos amarillo brillantes... Y por causa de sus ojitos iban a sacrificarla en una malhadada perrera. ¡¡El absurdo llevado al colmo!!! Tenía conjuntivitis, que se curó en cuatro días y no ha vuelto a molestarla. Es la infanta rebelde del reino, canija, gamberra y juguetona. Alegre como un cascabel y traviesa como ella sola.



Las tres son especiales, las tres son hermosísimas, y las tres si traen algo a mi casa es felicidad y buena suerte.. Y lo siento por los supersticiosos.

Ha habido, aún hay y habrá seguro, más negrit@s en mi vida, de hecho este verano han salido adoptados desde mi casa en total 4 gatos negros y ahora hay una más en acogida. Lamentablemente ell@s son casi siempre l@s últim@s en ser elegid@s, pero para mí, mis niñas son y serán siempre las primeras.

Así es la historia de mis panteritas, y así os la hemos contado.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Vidi, homenaje a una negrita que ya se ha ido

Aránzazu ha querido compartir con nosotros los recuerdos de su gatita Vidi, que falleció hace casi un año a causa de un cáncer. Gracias, Aránzazu, por hablarnos de ella y sobre todo por quererla tanto. Era una belleza, menudos ojazos. Un beso muy fuerte para ti. Y ánimo, muchos gatitos necesitan una pizquita de ese amor que eres capaz de dar. :-)

El 29 de Diciembre hará un año que Vidi murió. Era una hermosisima gata negra. La quería muchísimo, más de lo que soy capaz de escribir. Su pérdida ha sido una de las tragedias más grandes de mi vida. Con ella se fue algo de mi.

He escrito varias veces sobre ella en diferentes foros, os dejo aquí algunas de esas cosas.

30/12/2009

El cielo se oscureció cuando vidi murió, su luz ya se apagó. Pensé que esta vez sí, que esta vez lo lograba, que había ido bien pronto al veterinario, a la primera sospecha rápido al veterinario, análisis de sangre, orina, radiografia, ecografía, lo que fuera por la vida de mi niña. Porque yo seré una mileurista con hipoteca en Barcelona pero ella era una reina, por ella lo que fuera necesario, la paga, los ahorros y lo que hiciera falta. Aquí estaba su familia que haría lo que fuera por ella. Porque era muy BUENA y MANSA. BUENA Y MANSA con mayúsculas porque es la verdad. Un pedacito de cielo, dulce y bonita.

Vidi, te has ido sin hacer ruido, en un suspiro. Sabía que te ibas pero pensé que aún tenia tiempo. Pero no pudo ser, el cáncer ha ganado la guerra. Ladino y malvado se ocultó todo lo que pudo hasta que lo invadió todo, sólo entonces mostró su asqueroso rostro.

¿Nos volveremos a ver? Esa es mi fuerza y mi esperanza.

"BIENAVENTURADOS LOS MANSOS PORQUE ELLOS POSEERÁN EN HERENCIA LA TIERRA"

16/02/2010

Hoy hace 6 semanas que el cielo se oscureció. Mi VIDI ya no está conmigo, cuando llego hay un inmenso vacio al lado de la estufa y su ausencia se me hace insoportable, sobre todo cuando me quedo sola. Ella siempre fue especial para mí, acariciar su pelo me encantaba, se me ponía encima siempre que podía. Cuando quería darme cuenta, ya la tenía encima, fuera la cama, el sofa, el baño... si hasta al lavabo se venía conmigo. Siempre estaba donde estaba yo. Cuando llegaba del trabajo o venía a la puerta a saludar o estaba en el sofá, al lado de la estufa como una reina y se estiraba con todo el morro patas "parriba" para que le rascara al barriga o le hiciera pedorretas. Me encantaba olerle la barriguita, sobre todo cuando había estado durmiendo, y las almohadillas... habrá quien no se lo crea pero yo por el olor siempre he podido diferenciar a mis gatos.

En fin, que no se me pasa la pena, estoy bien y al rato me pongo fatal. Esto es muy íntimo y seguro que suena un poco chiflado, pero mis gatos para mí siempre han sido un motivo para vivir, el pensar que me necesitan, qué sería de ellos si yo no estuviera... me ha ayudado muchas veces a tirar pa'lante cuando las cosas se pintaban mal en el trabajo, teniendo que aguantar a jefes imbéciles que te disminuyen y lo mezquina que es a veces la gente etc... Ellos siempre me han dado motivos para vivir, le daban un sentido a mi vida y la verdad es que la pérdida de VIDI ha hecho mucha mella en mi, porque se ha ido alguien MUY GRANDE, un ejemplo de valentía, de tenacidad, de amor, porque ELLA ERA MUY BUENA Y MUY MANSA y de verdad que no soporto su ausencia, no poder tocar su pelito suave nunca más se me hace durísimo. En fin, ahí queda dicho...

29/06/2010

Vidi, seis meses sin tu pelo suave, sin tus ojos enormes mirándome y pidiendo el cepillito o pienso, seis meses sin tu presencia al lado de la estufa, tu amiga del alma. Seis largos y dolorosos meses con sus larguísimas noches sin tu enorme presencia encima de mi cabeza. Seis , seis meses han pasado y aún hoy a veces te llamo sin querer llenando mi corazón de la evidencia de tu ausencia. seis meses sin pastelitos.. Bueno, para San Juan un poco de coca... me perdonarás, pero han venido de EEUU Kai y Alani y no quería aguarles la fiesta con mis cosas.... Pero nada más el domingo, mama cumplió 70 años y yo no comí pastel, ademas la gatita de Noe y la de Lidya han recibido tu ayuda así como otros pequeños necesitados.... TE QUIERO CHOCHONILLI, has sido muy grande, muy grande y te prometo que haré algo grande por ti, para que tu recuerdo perdure, y bueno gracias por ayudar a Villa a meter ese golito que nos deja en cuartos, que sé que ha sido cosa tuya, pillina, que siempre fuiste muy gamberrita.