La mamá de Susto y de Sorpresa, a la que llamamos Marisol, ha parido de nuevo. Los peques rondan la semana o diez días de vida, y nosotros procuramos alimentarla un poco mejor y cerca de donde tiene a sus bebés, para que no tenga que alejarse mucho y los pueda proteger.
Aunque sé que está mal hecho, no me pude resistir y el otro día, aprovechando que Emilio distraía a la mamá, entré al lugar en el que sé que tiene a los bebés. Me moría de ganas de saber cuántos eran y de ver si estaban sanitos. Sabía que corría el riesgo de que la madre notase algo y los cambiase de sitio, pero era tanta mi curiosidad... que lo tuve que hacer. Así que entré, y los vi.
¡¡¡Qué cositas más preciosas!!!!
Hay dos naranjitos enteros y uno más blanco, con manchitas naranjas. Son muuy pequeñitos, preciosísimos, y se les veía muy sanitos. Les grabé un vídeo, pero en medio de la oscuridad apenas salió nada. ¡Son tan tiernos! Al día siguiente volví, con la intención de hacer alguna fotito esta vez... pero la mamá ya los había cambiado de sitio como me temía, y aunque sabemos dónde pueden estar, decidimos no insistir más y dejarlos en paz, que estresar a la mamá no es nada bueno. Además, nuestra curiosidad ya está satisfecha. ¡Tres gatitos a los que espero encontrar un hogar en un futuro no muy lejano! (Si conseguimos cogerlos cuando corran como demonios, claro, jajaja).
Mientras tanto, buscamos gato para acoger, porque Yin anda muy triste por casa, sin Sorpresa y sin Botón. Yang juega algo con él, pero ni mucho menos tanto como a él le gustaría. Él necesita al menos dos gatos para cubrir el cupo de energía que necesita gastar al día, jaja. El pobrecito no deja de buscar por los armarios y de salir al balcón a maullar desesperadamente a los gatos de la calle. Hasta ahora no hemos tenido suerte en encontrar un gato para acoger, pero espero que pronto aparezca uno. Eso sí, tiene que ser uno solo, porque hay que tener un pequeño hueco en casa para los peques de Marisol, a los que intentaremos ir sacando de uno en uno. Y así Yin volverá a ser feliz. :-)
¡Os tendremos al tanto!
Respecto a Sorpresa y a Botón, hablé con sus adoptantes y están muy contentos con ellos, dicen que son cariñosos y que se lo pasan muy bien con ellos. ¡Me alegro tanto de que se quedaran con los dos! Dicen que se lavan mucho el uno al otro, que se esconden juntos, se les acercan juntos, y de todo juntos. Me los imagino escondidos juntos detrás del microondas, como estaban el primer día, y me da la risa, jajaja.
¡Qué geniales son los gatos y cuánto nos hacen reír, llorar y, en definitiva, vivir! :-)
Aunque sé que está mal hecho, no me pude resistir y el otro día, aprovechando que Emilio distraía a la mamá, entré al lugar en el que sé que tiene a los bebés. Me moría de ganas de saber cuántos eran y de ver si estaban sanitos. Sabía que corría el riesgo de que la madre notase algo y los cambiase de sitio, pero era tanta mi curiosidad... que lo tuve que hacer. Así que entré, y los vi.
¡¡¡Qué cositas más preciosas!!!!
Hay dos naranjitos enteros y uno más blanco, con manchitas naranjas. Son muuy pequeñitos, preciosísimos, y se les veía muy sanitos. Les grabé un vídeo, pero en medio de la oscuridad apenas salió nada. ¡Son tan tiernos! Al día siguiente volví, con la intención de hacer alguna fotito esta vez... pero la mamá ya los había cambiado de sitio como me temía, y aunque sabemos dónde pueden estar, decidimos no insistir más y dejarlos en paz, que estresar a la mamá no es nada bueno. Además, nuestra curiosidad ya está satisfecha. ¡Tres gatitos a los que espero encontrar un hogar en un futuro no muy lejano! (Si conseguimos cogerlos cuando corran como demonios, claro, jajaja).
Mientras tanto, buscamos gato para acoger, porque Yin anda muy triste por casa, sin Sorpresa y sin Botón. Yang juega algo con él, pero ni mucho menos tanto como a él le gustaría. Él necesita al menos dos gatos para cubrir el cupo de energía que necesita gastar al día, jaja. El pobrecito no deja de buscar por los armarios y de salir al balcón a maullar desesperadamente a los gatos de la calle. Hasta ahora no hemos tenido suerte en encontrar un gato para acoger, pero espero que pronto aparezca uno. Eso sí, tiene que ser uno solo, porque hay que tener un pequeño hueco en casa para los peques de Marisol, a los que intentaremos ir sacando de uno en uno. Y así Yin volverá a ser feliz. :-)
¡Os tendremos al tanto!
Respecto a Sorpresa y a Botón, hablé con sus adoptantes y están muy contentos con ellos, dicen que son cariñosos y que se lo pasan muy bien con ellos. ¡Me alegro tanto de que se quedaran con los dos! Dicen que se lavan mucho el uno al otro, que se esconden juntos, se les acercan juntos, y de todo juntos. Me los imagino escondidos juntos detrás del microondas, como estaban el primer día, y me da la risa, jajaja.
¡Qué geniales son los gatos y cuánto nos hacen reír, llorar y, en definitiva, vivir! :-)
Nenaaa, pero ¿cómo que no hay gatos para acoger? ¿pero si de eso está el mundo lleno?
ResponderEliminarAparte de a la mamá y los tres pequeñitos, ¿no alimentáis a alguno más?
Aguanta Yin, ¡que enseguida llega!
Seguro que pronto llega un compañero para Yin.
ResponderEliminarOjalá podáis sacara los peques de allí para que tengan una vida tranquila en un hogar donde se les quiera mucho.
Besos
En 4 semanas esos enanos estarán listos para sacarlos de las calles. Lo veo por los que yo tengo en casa.
ResponderEliminarSuerte y a ir pensando nombres ;)
Jeje, si ya leyendo el hilo de los Yunitos ya me puse yo a calcular, ya. En cuanto pueda los iré sacando, a ver si, al ser pequeñines, salen antes. Y es que hay otra gata que ha parido nada menos que cuatro, aunque a esa no la hemos visto nosotros, sino un vecino (vecino que, a falta de gatos bebés callejeros -percíbase la ironía-, ha puesto a criar en su casa a sus dos gatos azul ruso de pura raza).
ResponderEliminar¿Salió aquella acogida de la que me hablaste?
ResponderEliminarSí, habemus gato nuevo. Uno de estos días irá al vete para saber más de él. No está esterilizado, eso lo tenemos claro. Hablaré de él en un nuevo post en breve.
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