¡Para que luego digan que no existen las casualidades!
Esta mañana me llama un tío al móvil:
—Alooo, ¿puedo hablar con John?
(El dueño del perro de ayer se llamaba Juan, pero recordad que llegó hablando inglés, y en inglés Juan es John).
—No, creo que se ha equivocado. ¬¬
—Ah, perdón —y colgamos.
Jue, pues a mí esto me parece una casualidad, qué queréis que os diga. El "alooo" me persigue.
Esta mañana me llama un tío al móvil:
—Alooo, ¿puedo hablar con John?
(El dueño del perro de ayer se llamaba Juan, pero recordad que llegó hablando inglés, y en inglés Juan es John).
—No, creo que se ha equivocado. ¬¬
—Ah, perdón —y colgamos.
Jue, pues a mí esto me parece una casualidad, qué queréis que os diga. El "alooo" me persigue.
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